Ahí abajo, los testimonios de dos lectores de La Nación que descubrieron, tarde pero seguros, las maravillas del compromiso cívico y político. Con palabras sospechosamente calcadas -es cierto- pero con la alegría del deber cumplido, nos hicieron llegar a las lágrimas con sus crónicas. Es de esperar que se repitan en octubre.
*la producción se tomó el trabajo de destacar con distintos colores cada una de las ideas-fuerza que vertebran a ambas cartas, para que el lector desatento pueda identificarlas de una forma rápida y divertida
2 comentarios:
Ya era hora de que los argentinos empecemos a amar la democracia, carajo.
Noelia Zapata de Álzaga Iturralde
Y parece que por fin aprendimos a votar bien, queridísima Noe.
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