Ahí abajo, los highligths de un nuevo e imprescindible artículo de nuestro amigo Doctor Cosme B. Y el ensayo completo, dándose una por acá. Que lo disfruten en familia.
6 comentarios:
Tilo, 72 años
dijo...
A Ud. le parece, Manfredo? Hemos llegado a un grado de relajo tan grande que los putos y las tortas se casan entre sí, adoptan pibes, pueden cambiar sus nombres. En cambio, los heroicos defensores del honor nacional, de la tradición, la familia y la propiedad, son juzgados como si hubieran hecho algo malo. Debemos revivir a esa maravillosa Liga Patriótica Argentina para que limpie nuestras calles de elementos indeseables y envíe a ese morochaje maloliente a sus lugares de origen fuera de nuestra ciudad y de nuestra patria. ¡Viva el Campo! ¡Viva La Nación (el diario, eh?)! ¡Viva Monseñor Copello! ¡Cristo Vence y la Virgen dignifica!
Respetuosos y patrióticos saludos, occidentales y cristianos.
Pero este tipo todavía vive ? o es una reencarnaciñon o clonación degenerada de algún sosías que ya hace 60 años era viejo. El editorial lo firma desde Recoleta, pero del lado de adentro y abajo.
En principio me pareció hilarante. Pero después pensé en los editoriales de La Nación, en las cosas que dice "la Gente", en que el tiempo en que los delirios de enfermos como éste eran nada menos que política de estado (tiempos no tan lejanos, en todo sentido, y que ya algunos añoran, por que "después de todo, había seguridad", y no había tanto zurdo ensoberbecido). Por esta y otras cosas que uno ve a diario me pregunto si cagarnos de risa ante la pus que destilan estos egregios cerebros de nuestro patriciado no será tal vez un poco prematuro.
6 comentarios:
A Ud. le parece, Manfredo? Hemos llegado a un grado de relajo tan grande que los putos y las tortas se casan entre sí, adoptan pibes, pueden cambiar sus nombres. En cambio, los heroicos defensores del honor nacional, de la tradición, la familia y la propiedad, son juzgados como si hubieran hecho algo malo.
Debemos revivir a esa maravillosa Liga Patriótica Argentina para que limpie nuestras calles de elementos indeseables y envíe a ese morochaje maloliente a sus lugares de origen fuera de nuestra ciudad y de nuestra patria.
¡Viva el Campo! ¡Viva La Nación (el diario, eh?)! ¡Viva Monseñor Copello! ¡Cristo Vence y la Virgen dignifica!
Respetuosos y patrióticos saludos, occidentales y cristianos.
Totalmente de acuerdo con Ud., Tilo querido. Carlés vuelve.
Pero este tipo todavía vive ? o es una reencarnaciñon o clonación degenerada de algún sosías que ya hace 60 años era viejo. El editorial lo firma desde Recoleta, pero del lado de adentro y abajo.
Confirmado, increíblemente sigue entre nosotros.
En principio me pareció hilarante. Pero después pensé en los editoriales de La Nación, en las cosas que dice "la Gente", en que el tiempo en que los delirios de enfermos como éste eran nada menos que política de estado (tiempos no tan lejanos, en todo sentido, y que ya algunos añoran, por que "después de todo, había seguridad", y no había tanto zurdo ensoberbecido). Por esta y otras cosas que uno ve a diario me pregunto si cagarnos de risa ante la pus que destilan estos egregios cerebros de nuestro patriciado no será tal vez un poco prematuro.
Con lo de La Nación puede ser, pero lo de este muchacho definitivamente es humor puro y duro.
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